“Evidentemente, toda vida es un proceso de descomposición” F. Scott FitzGerald

Población superflua funcionó de forma más o menos estable entre finales de 1994 y el 2000. En gran medida su existencia estuvo ligada a la del Centro Social Anarquista de Xixón, donde además de ensayar, grabar y tocar en incontables ocasiones, participaban en la asamblea, la organización de eventos, la distribución anticomercial, y en diversos colectivos y proyectos anticapitalistas…
El local estaba situado en los bajos de la casa sindical, espacio reclamado como patrimonio sindical histórico por la CNT, que finalmente negoció con el estado la propiedad privada y oficial del mismo. Esta potestad estatal fue aprovechada por la Federación Local para expulsar de malas maneras a las personas y colectivos que autogestionaban el espacio de forma autónoma y que pese a sus esfuerzos no conseguían captar ni someter a su disciplina. Hoy ese espacio continua triste e inutilizado, un panteón del placer o un monumento a la alienación ideológica, entendida la ideología como falsa conciencia de la realidad…
Volviendo al grupo, que se nos va la pinza, después de varios intentos frustrados de okupación, comienzan un periplo por locales de ensayo de alquiler y conciertos en bares, ya sin el encanto de la autogestión anticomercial…
Finalmente la supervivencia, la vida reducida a los imperativos económicos, fuerza a parte de los integrantes de la banda a desplazarse geográficamente y ya solo se volverían a reunir de forma esporádica…
De esos cinco años salieron un montón de conciertos benéficos y anticomerciales, la mayoría en Xixón, pero otros en Uvieu, Llangreu, Coruña, Torrelavega, Lasarte, Valladolid y Madrid. También varias “cutredemos” grabadas por el propio grupo con cachivaches prestados, de las cuales solo se llegó a mover una (primero en cintas “DIY-Style” y luego editada más profesionalmente por un contubernio de sellos pequeños)
Los temas de este disco son los únicos grabados en estudio, en concreto en ACME (Avilés) en mayo de 1999. En su día se iban a utilizar para un EP compartido pero el proyecto no llegó a cuajar. Se editan más de diez años después, más que nada por el propio interés de los miembros de la banda en ver su mierda plastificada en un vinilo, único formato que les produce cierta pasión y alimenta su fetichismo mórbido. Además, el espeluznante contexto sociopolítico en el que vomitaron su odio y rabia, en forma de poemas ruidosos, sigue vigente…
Para el diseño de la carpeta, tras un duro trabajo buscando entre viejos papeles amarillentos y llenos de ácaros, se consiguió recuperar una copia del collage que iba a usarse, en su día, para el disco compartido y algunos carteles y entradas de conciertos…
Respetando la filosofía de la banda, el disco se distribuirá a precio de coste y se intentará que se venda al precio más bajo posible…
Por último, dar las gracias a todas las personas, colectivos y grupos que colaboraron desinteresadamente con la banda, en especial a Escuela De Odio y Odio Visceral por seguir en activo y a todas las personas que han echado una mano para sacar esto adelante…
Este disco está dedicado a Fernan y Piñera, entre tantos otros, caídos en la batalla diaria por sobrevivir…

Viejos patéticos 2012